
Hola, me llamo Antonio y Santiago me apesta.
Al menos en teoria. En la practica no deja de sorprenderme dia a dia.
Siempre hay algo que mirar, algo que pensar.
Algo que querer, que odiar.
Tengo 29 años, a punto de cruzar la jodida barrera de la nueva decada.
Y junto con la nueva cifra, una avalancha de deberes "politicamente correctos"
que de seguro me hacen la vida imposible.
Que cuando te casas, que cuando te vas a vivir solo, que cuando los hijos.
Y claro, para un gay viviendo en casa de sus padres, el cuento no le viene sencillo.
Porque es cierto. Soy gay, como tantos que andan pululando por esta ciudad.
Y vivo con la familia. El viejo, madre y Paris
(Maria, que solo quiere que la llamen asi. Puta que esta mal esta juventud... nadie puede tener a la Hilton como modelo de vida... luego que? Madonna como simbolo de virtud y castidad?).
Y ahi estoy, encerrado entre estas "tres paredes" sin poder respirar un poco siquiera.
Con amigos que son un chiste,
y con una ciudad que me ve a mi como un chiste. De esos malos.
Asi que ahora decido contarlo todo (o casi), a modo de desahogo.
A modo de venganza.
Porque en Santiago hay sexo, y no estoy siendo parte de esta repartija.
Al menos en teoria. En la practica no deja de sorprenderme dia a dia.
Siempre hay algo que mirar, algo que pensar.
Algo que querer, que odiar.
Tengo 29 años, a punto de cruzar la jodida barrera de la nueva decada.
Y junto con la nueva cifra, una avalancha de deberes "politicamente correctos"
que de seguro me hacen la vida imposible.
Que cuando te casas, que cuando te vas a vivir solo, que cuando los hijos.
Y claro, para un gay viviendo en casa de sus padres, el cuento no le viene sencillo.
Porque es cierto. Soy gay, como tantos que andan pululando por esta ciudad.
Y vivo con la familia. El viejo, madre y Paris
(Maria, que solo quiere que la llamen asi. Puta que esta mal esta juventud... nadie puede tener a la Hilton como modelo de vida... luego que? Madonna como simbolo de virtud y castidad?).
Y ahi estoy, encerrado entre estas "tres paredes" sin poder respirar un poco siquiera.
Con amigos que son un chiste,
y con una ciudad que me ve a mi como un chiste. De esos malos.
Asi que ahora decido contarlo todo (o casi), a modo de desahogo.
A modo de venganza.
Porque en Santiago hay sexo, y no estoy siendo parte de esta repartija.
Asi que tiempo me sobra para escribir de tanto en tanto
que tiene esta ciudad que me apesta,
pero que no deja de sorprenderme.
ahhh... y pico para el que lee (de seguro que mas de alguno me lo agradece)
1 comentario:
Jajajaja... que buena!, asi es, sexo hay, pero... queremos participar de la repartija?
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